Irene Gruss es sin dudas una de las voces más representativas de la ciudad de Buenos Aires. Su mirada lúcida, comprensiva, crítica y terrible se constituye en la búsqueda de una verdad que no da concesiones a la imagen fácil y comunica desde el lenguaje la manera más precisa de nombrar la marca que deja la experiencia en el mundo vivido por una mujer. Y no vamos a decir aquí de generaciones ya que en la mayoría de los casos lo que se entiende por generación literaria es un cúmulo de poetas y narradores alineados siempre detrás de algún speech o filosofía estética pasajera. Irene, como toda/o poeta que está a la altura de las circunstancias, atraviesa lo generacional para ofrecernos lagos de agua limpia en dónde abrevar. Escuchemosla entonces.
por Patricia Verón.
En torno a la lectura
"En cualquier género, es importantísima la escritura de las mujeres. Yo empecé con Austen, Woolf , Elizabeth Brown, Alfonsina. Esta última más Delmira Agustini y Gabriela Mistral son la base para saber cómo escribe una. También tenés que leer sobre todo a tus pares. Vos pensá que las baladas de Tom Waits, la gran mayoría las hace la mujer, son extraordinarias; hay cantantes brasileñas con unas letras que son una maravilla, sin contar Violeta Parra.
Una vez me ofrecieron hacer una antología de poetas mujeres. Tenía muy claro que ideológicamente no lo hubiese hecho por las mías porque a mí no me interesa sectorizar; pero era un trabajo y dije: quiero que haya mucha gente de las provincias y mostrar lo bien que se escribe allí. Convengamos que me dieron una libertad de acción media pero logré poner voces que casi nadie conoce. Para mí fue un trabajo maravilloso porque yo había leído a Inés Araoz de Tucumán y a otras pocas pero a muchísimas otras ni las había visto ni nada y empezás a comunicarte, se armó una cadena preciosa. Con esto voy al desconocimiento que hay y la falta de lectura que hay en general pero específicamente hablando de mujeres…son ninguneadas o autoninguneadas…".
-En general, las antologías tienen más presencia masculina…
-Ya no, porque ya se avivaron, se dieron cuenta de que somos mercado, una antología de mujeres es guita, quedan bien (cómo con cualquier minoría) y ahora empiezan a brotar.
-¿En tus lecturas vos notaste alguna particularidad o rasgo propio de las mujeres?
-Sí. Hay un rasgo común que nace a partir de los años setenta, que se comienza a publicar en los ochenta, y es la poesía que toma al trabajo como tema. La intimidad ya no como una mirada instrospectiva de solamente el YO sensible, el Yo lírico, sino donde se transmite la realidad de esa mujer hablando de la tarea doméstica, por ejemplo. El cansancio, la mirada de lo que te pasa cuando trabajás, esa mirada hacia el otro, el entorno; eso es fascinante. Es algo que las mujeres todavía no lo escriben mucho, cosa que el varón sí, pero salir de una intimidad que es el adentro “mirá cómo sufro” “mirá cómo amo” “mirá cómo pienso el mundo” y nada más…lo he notado.
Hay que conseguir hablar de lo que nos pasa pero teniendo en cuenta que lo que uno hace es un objeto estético.
Otra de las cosas que noté en las norteamericanas fue el tema del feminismo (ortodoxo,claro). También la escritura de chicas homosexuales, así como la de chicos homosexuales: no es lo mismo lo que escribe Oscar Wilde que lo que escribe Osvaldo Bossi hoy en día; hay una actitud que no pasa por el querer escandalizar ya…
Pero sea cómo sea, a mí me tiene que conmover un poema.
Stan up
-¿Y la presencia del cuerpo en la escritura?
-Se cree que aparece en los setenta pero aparece muchísimo antes. La madre de Mary Shelley instala un cuerpo de mujer. Cuando su hija escribe Frankenstein, ¿ vos te crees que está hablando de un monstruo?…leanlo bien.
Lo que hace Agustini es totalmente metafórico…con los lirios, los gladiolos, igual que Marosa: no te menciona el “clítoris”. Mientras que algunas yanquis ponen directamente la palabra “concha” como si fuese lo más natural del mundo. A mí me costó sangre, sudor y lágrimas… tuve que tirar el contestador automático por poner la palabra “vagina”, por las llamadas porno de algunos pelotudos que eran poetas además…
Esthela Figueroa, Susana Arévalo, hay muchas poetas que encaran el cuerpo en la escritura, pero yo creo que todavía hay mucho pudor, pero porque lo debe haber también en la cama.
Todo es ficción
“Hazlo ahora, sirena,
ahora que la prudencia,
como la noche, llama a víspera,
ahora que la luna, cantante muda,
no te ve ni te altera,
ahora, canta,
sin añorar la muerte y la vida”.
“A mí me encanta Madame Bovary, entro como por un tubo porque esa mina es una tarada total, una insatisfecha con unos delirios de grandeza en una provincia, en un pueblo de mierda y vos entrás y te va llevando. Los diálogos que tiene con los amantes… y cuando vas a las cartas que escribía Flaubert mientras escribía la novela es fascinante porque él dice 'estoy escribiendo sobre dos tarados'… a mí me fascina la ficción, me gusta inventar o el imperativo hace esto o haz lo otro me sirve para inventar, me saca de mí.
La lectura lineal es pavorosa, es algo que pasa también con la escritura de la mujer, a ningún varón le van a decir: '¿a vos te pasó?'. En general se dice '¡qué imaginación que tiene!'. Pero con las mujeres sí, hay como una necesidad de pegotear la vida y la obra que es pavorosa. Por ejemplo el tema de lo doméstico, yo escribí sobre eso pero no me dediqué toda la vida a lavar pañales, lo hice porque en ese momento por ahí quería hacer poesía con eso.
Con el YO puedo ser cualquier otra mujer… el yo personal lo guardo para poemas muy especiales, es raro que iguale el yo con lo que dice el poema, me da mucho pudor, tengo que dibujarme mucho: hay cosas biográficas muy íntimas de las que se van a enterar si son brujos…traslado las cosas de otra manera…
Sobre todo en el libro El mundo incompleto y en el poema, yo hablo de esa necesidad que tienen algunos (yo particularmente, sobre todo en esa época), de la completud: hay cierta insatisfacción, cierta carencia que te llama a llenarte, con el morfi, el amor , la religión…
-El arte…
-El arte no, no te completa nada. A mí me pasaba eso, yo idealizaba tanto todo y absolutizaba tanto que nada era dialéctico, era todo o nada, blanco o negro... Tengo una formación dialéctica… a mí si algo me gusta en la escritura es el contraste (aún en esa época), como querer incidir en esa forma de vivir las cosas donde tengo que completarme porque si no no soy, y no convivir con lo que hay, con lo que está… eso viene de una carencia afectiva que no te deja aceptar las cosas como son. Me quedo con Clarice Lispector con lo que yo escribo no; o sea los modelos, los mandatos, la completud.
Escribir sobre el dolor no lo contagia. A mí me gratifica leer a gente que dice que sufre en el poema, yo me acuerdo de Olga Orozco en persona… la tipa te hablaba de su sufrimiento mientras freía un filet de merluza y te cagabas de la risa con ella. Para mí leer los poemas más terribles de Pizarnik es un placer o leer a Conrad, es tremendo pero me hace bien… para eso está el arte.
Para leer poemas de Irene Gruss: lamitadelaverdad.blogspot.com
3 comentarios:
muy interesante la entrevista, es importante trabajar para que las mujeres con nuestra diferencia fundamental de ser mujeres podamos desarrollarnos en todos los aspectos, claro que todo viene de la mano: la clase y el gènero, la lucha es para terminar con la opresiòn pero no olvidemos que una expresion de la opresion es lo que es llamado de mal modo: SEXO "debil"
Felicitaciones por la entrevista, es muy provechosa! Y felicitaciones a Irene por su trabajo. Buena opinión sobre Emma Bobary (cambio su apellido por el de su marido jaja) Quisiera saber si realizó la antología, dónde puedo leerla, o datos de la edición para conseguirla. Muchas Gracias.Carolina
Gracias Carolina. Podemos preguntarle a Irene y te contestamos. Un abrazo.
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