Despedida para quien murió sin ser juzgado



por Leonardo Rodríguez

En diciembre de 2011 falleció Alberto Groppi, quien era intendente de Esteban Echeverría cuando asesinaron a  Barrionuevo (y  durante la última dictadura militar). Un texto escrito desde la impotencia y la reflexión de quien paricipaba del MTD de Echeverría ese fatídico 6 de febrero de 2002 en que Bogado asesinó a Barrionuevo.


La madrugada en que Jorge Bogado disparó a quemarropa sobre el grupo de jóvenes manifestantes que cortaban la ruta 205 a la altura del barrio El Jagüel yo vivía en San Telmo, pero era un colaborador del Movimiento de Trabajadores Desocupados de Esteban Echeverría. Mi hermano pasó al costado del piquete, vio el reducido grupo de amigos desde la ventanilla del tren y al llegar a Ezeiza me llamó por teléfono para manifestarme su preocupación por el desamparo de ese piquete. Bogado pasó el control policial con permiso de los oficiales a cargo y, cuando fue increpado por los manifestantes tomó el arma de su guantera y disparó. La bala le dio a Javier, que no era piquetero, se había bajado del tren y al ver arder las llantas se acercó y se quedó. Pero a nosotros no nos importó quién era Javier, porque Javier somos todos. Al intendente Alberto Groppi tampoco le importó quién era Javier porque para él era un negro de mierda...

En diciembre de 2011 Groppi falleció, y en esa oportunidad escribí un texto -que fue leido en la segunda FLIA de Monte Grande- por el dolor que causaba que, como tantos otros, muriera sin que se hubiera obtenido justicia.

"Te fuiste sin justicia y me dejaste la tristeza de lo amargo. Te fuiste sin justicia, esa justicia ciega, boba, fofa, burguesa, tibia, injusta pero legal, vestido blanco, largo tul, sucio percal, arrugada moral, ciega nuevamente. Ciega por ceguera natural o ciega por voluntad de la mano astuta que dicta sentencias. Por la mano diestra que escribe fallos, que falla en nombre de lo justo, que falla y por eso… porque falla te fuiste sin justicia.
Te fuiste sin la justicia tribunal haciendo justicia, abriendo expedientes, corriendo rejas y cerrando puertas. Te fuiste a mejor vida aunque también es dable afirmar que aquí, entre nosotros, no la pasaste tan mal. Porque tuviste cierta admiración, una modesta popularidad que te permitió cosechar sonrisas, elogios quizá, algún apretón de manos, algún abrazo perdido, una cena cara, el vino dulce de la vida con dos coches, vacaciones en Europa, casa quinta, raqueta, esquí y palos de golf.
Te fuiste apagando, enfermo pero libre. Vos, funcionario útil del terror planificado, espolón austero de la maquina: con mayúsculas; pieza necesaria del engranaje de la muerte.
Debo confesar que no te siento rencor. Nunca te crucé. Te conocí sin verte la cara, sin experimentar el frío temblor de mis labios en tus ojos vacíos. Por eso, porque no te conocí, no te odié. Sólo te combatí. Tan simple y tan inexplicable. Te combatí, te peleé con mi modesta presencia en una calle que quisiste negarme. Te hice frente con una sola arma, invencible e irrefutable: la verdad de lo sucedido. Mi sola presencia y la de muchos como yo, muchos más de los que vos querías que fuéramos, fue la constatación empírica de que a pesar del aparente triunfo monumental de la desmemoria, de la historia de Billiken, de la historia para tontos, la represa tenía fisuras. Y fuimos esa gota de agua. Ojalá que hayamos horadado aunque sea un poquito, un poquitito nomás, tu sueño. Porque acá seguimos nomás, ahora horadando tu memoria indigna. La memoria de un contador de profesión, cuenta dinero ajeno, cuenta dinero propio, cuenta cadáveres a cuenta.
Si todo hubiera quedado ahí. Pero se te ocurrió presentarte a elecciones en el distrito. Y ganaste más de una vez. Por eso te hicimos marchas. Por eso fuimos las gotas de sangre que mancharon tus zapatos de memoria. Mucho más no hicimos, seguro fue poco, y ahora que te fuiste sin justicia no tengo nada más para decirte. A todos los que te votaron y que siguen entre nosotros, quizá en esta plaza o alrededores sí, aún me queda una cosa: la puta madre que los parió".

No hay comentarios:

Publicar un comentario